Estamos viviendo un periodo de incertidumbre que se va a extender hasta que la vacuna contra el Covid19 sea una realidad. Lo único seguro es que no estamos aun viviendo la nueva normalidad, sino un periodo de transición hacia esta. Todo esto ha tenido como consecuencia la necesidad de reformular los requerimientos de aforo y espacio de las oficinas.
En este periodo hemos sido forzados a experimentar el home office y éste ha llegado para quedarse. Esta nueva familiaridad con las videoconferencias va a cambiar la organización de las oficinas y sobretodo la necesidad de aforo. Por ejemplo, una oficina con reglas claras de home office obligatorio 1 vez a la semana puede reducir su necesidad de aforo, y por ende la cantidad de metros cuadrados ocupados, aproximadamente en un 20%.
Sobre la base de un estricto régimen de limpieza y desinfección, el concepto de espacio compartido adquiere mucha relevancia. El espacio compartido por categorías, es justamente el que permite reducir los metros cuadrados que se pueden ahorrar con el trabajo desde casa. Por ejemplo, si una empresa tiene 5 gerentes con necesidad de oficina privada, pero tiene regulaciones de home office donde solo asisten a la oficina 3 veces por semana, es posible reducir 5 oficinas en 3 (40% más eficiencia espacial), considerando que sería compartidas según los horarios y reglas internas que se planteen.
Finalmente, el coworking va a seguir vigente una vez que superemos este periodo. Este tipo de espacio es también complementario en esta reformulación espacial. No solo por su eficiencia en requerimientos de metros cuadrados per cápita (hasta 47% de eficiencia), sino por la importancia de espacios de colaboración ágiles y flexibles. Las dinámicas de innovación y los encuentros espontáneos que permiten estos espacios son imprescindibles para formar una empresa humana y productiva con valores compartidos, noción de equipo, sentido de pertenencia y capacidades creativas y de innovación. Si tu oficina ha quedado grande o tiene un formato que ya no es vigente ni eficiente, entonces es el mejor momento para pensar en reconfigurarla, sobretodo porque se pueden evitar todas las molestias de convivir con una obra en este periodo en el que estamos viviendo mayoritariamente desde casa, y prepararlas para el regreso. Nos toca aceptar que las cosas no van a volver a ser como antes y la optimización espacial es siempre un aliado clave para la economía de las empresas.